La hegemonía cultural de la izquierda
Al leer los postulados de Antonio Gramsci y Ernesto Laclau (marxistas por cierto) que recopila el politólogo Agustín Laje en su libro negro de la nueva izquierda, se aclara el panorama de la narrativa; cambio y revolución.
Toda esa narrativa de "cambio y revolución" que se viene dando especialmente en los países latinoamericanos, de la mano de la izquierda progresistas o en palabras del mismo Laclau; del postmarxismo.
Para Karl Marx, padre del materialismo histórico, la historia de la humanidad ha sido la historia de la lucha de clases sociales entre oprimidos y opresores. De allí parte Marx para desarrollar su teoría tomando la postura hegeliana; tesis, antítesis, síntesis.
Marx considera que la burguesía es la tesis y el proletariado es la antítesis y el resultado entre el enfrentamiento de estos 2 bandos, dará como resultado la síntesis. En tal sentido, Marx considera que es necesario un cambio, una transformación, una revolución capaz de acabar con la opresión de la burguesía, esa acción, solo la podrá llevar a cabo el proletariado quitando los medios de producción al burgués, instaurando la dictadura del proletariado, eliminando derechos de propiedad privada y por consiguiente, la eliminación de las clases sociales.
Marx murió y no vio tal suceso, sin embargo quedaron sus escritos. Quién los retomaría sería el ruso Vladimir Lenin, que para el año 1917 en cabeza del partido bolchevique, derrotó la monarquía absoluta de la dinastía Romanov. Una de las primeras cosas que realizó Lenin, fue democratizar la inmensidad de tierras que estaban en poder de los Romanov, sin embargo, esto no mejoró en nada la situación de pobreza de los rusos, pues no había tecnificación ni apertura de mercados. Muere Lenin y asciende al poder Josef Stalin y la situación termina por empeorar (aquí recomiendo leer la alegoría de George Orwell, la rebelión en la granja)
Ahora bien, volviendo a Gramsci, él considera muy relevante un concepto; hegemonía. Para Gramsci, el proletariado ya es una clase muy privilegiada gracias al capitalismo, en tal sentido, ya no hay una esperanza de lucha en él . Es allí donde Gramsci dirá que es necesario que Intelectuales comunistas promuevan una narrativa hegemonía que genere cambios a nivel cultural. Así, la hegemonía en Gramsci se da en un terreno de gran trascendencia: el de los valores, las creencias, las identidades y en definitiva, el de la cultura. De esta manera, hay una concepción del mundo que une lazos de solidaridad entre distintas clases sociales, de tal forma que se organiza para crear una conciencia revolucionaria. En ese sentido, el estado es permeado desde la sociedad civil para producir y reproducir una hegemonía cultural desde la academia.
Por su parte, Ernesto Laclau, reconocido marxista del socialismo del siglo XXI, sostiene que el capitalismo se ha expandido tanto, que logró cada vez mejores condiciones de vida para el proletariado, así las cosas, el proletariado está lejos de agudizar conflictos de clase. La teoría de Laclau se basa en la deconstrucción ( la teoría de Derrida) en la cual el proletariado ya no es el sujeto de la revolución, ni tampoco es necesario buscar otro. Sino más bien, construir discursos narrativos ideológicos que, puedan dar origen a nuevos sujetos de revolución (algo así como actos performativos)
Así, se empezarán a formar fuerzas sociales diferentes entre sí que se articulan, para ser hegemónica y presentarse como la antagonista social (antítesis) del capitalismo liberal.
Por tal motivo, la izquierda al día de hoy, domina lo que la derecha tanto descuidó; la educación y la cultura. Mientras que la derecha se ocupaba de los temas económicos, rubro donde la izquierda ya no tenía forma de competir por sus fracasados modelos, ésta misma se ocupaba de lo que al día de hoy, la ha hecho hegemónica; educación y cultura.
En ese sentido, no es extraño ver a personajes como Noam Chomsky aprobando y sugirieron proyectos políticos ya fracasados (como lo hizo en el 2009 en Venezuela)y recibiendo la aprobación del intelecto y del populacho como una verdad absoluta.
No es extraño ver al día de hoy, como diferentes fuerzas sociales como ideología de género, ambientalistas, animalistas, afros, indígenas, son victimizados por los grandes centros de poder de la izquierda, para convertirlos en sus chivos espiratorios en la carrera política por la hegemonía.
No es extraño ver porque se abrazan las políticas económicas propuestas por Keynes y no las propuestas en política económica de Hayek.
No es extraño ver porque se admirar las propuestas de Thomas Piketty pero poco o nada de Daniel Lacalle o Juan Ramón Rallo.
¿Por qué no es extraño?
Sencillo, como diría el mismísimo Agustín Laje" la izquierda ha secuestrado la educación y la cultura, creyéndose así misma dueña de la verdad con discursos narrativos que son permeados por medio de actos performativos, repetidos una y otra vez por sus nuevos sujetos de revolución.
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